Sin ánimo de ofender a los torcedores del parrandero cordobés por los 15 años desde que ascendió a los cielos, tomo prestado uno de sus más exitosos singles. No para bailarlo, claro es. Más bien para desparramar observaciones al voleo sobre la pajarera que doy en llamar "Elecciones primarias 2015".
Ahí va.
Llámese "General Villegas" a nuestra jaula de jardín. Y para los premiados precandidatos: una categórica división entre "halcones" y "palomas". Que no refiere al cabaret en el vestuario del Boca de Óscar Washington Tabárez. Que tampoco guarda relación con la identificación de un modelo para analizar situaciones de conflicto.
Sin distinción partidaria, los halcones adoptan comportamientos similares. Bajo el paraguas de la militancia, este conjunto de aves vuela en bandada hacia una misma dirección: el sillón municipal. Las patas y sus mentiras adolecen de patas cortas, mientras las garras largas se explican por los años de recreación y ocio que cultivaron en épocas de pichones. El pico es su arma de cacería en frecuencia modulada. Filoso y ganchudo, cumple la tarea en dos pasos prácticamente simultáneos. Seduce primero en el vuelo a sus presas con una tentadora plataforma electoral y luego, al impactar la nube de humo de sus propuestas, los destroza en pedazos.
Unas siniestras, otras de dudosa fe, y un resto tibian por licencia indefinida. A estas aves de rapiña les vale, hasta el 10 de diciembre, el título de potenciales depredadores de grueso calibre.
Las palomas, en cambio, tienen un gran sentido de la intuición. Su mayor fortaleza pasa por tejer estratégicas relaciones de poder para mantenerse y operar de mensajeras en su nido de Pringles 351. Hábilmente domesticadas, esta familia de aves nunca se desentiende de las órdenes que imparte el adiestrador. A diferencia de los halcones, se alimentan obedientemente de semillas, frutos y verduras que le provee el círculo íntimo, la forrajera. Por lo demás, el parentesco de las palomas con la definición de "idiotas útiles" de Lenin es pura y genial coincidencia.
Palomas y halcones regresan cada 4 años con plumaje distinto. Palomas y halcones aprovechan sus oportunidades y desaparecen.
Bla, bla, bla y más bla. Comen y vuelan. Siempre lo dijo mi abuela.
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