martes, 17 de noviembre de 2009

La respuesta no se hizo esperar

¿Acaso creyó que me iba a quedar de brazos cruzados? Está muy equivocado, joven. Mediante esta misiva, es mi intención repudiar el contenido de la carta que usted hizo llegar a mi despacho. Básicamente, por sus marcados tintes golpistas y desestabilizadores. Qué libertad de expresión, ni que ocho cuartos, ¿de qué me habla?. Exijo respeto y sumisión. ¿Quién es usted para acusar a un honorable y respetable Ministro de la Nación de corrupto y mentiroso? Ahora bien, preste mucha atención. Tengo en mis manos sus antecedentes penales. Yo diría, un tanto incompletos. En pos de corregir este faltante, considero necesario realizar un par retoques. Nada, unas pequeñas y sutiles modificaciones. Groseros errores de redacción, acusará el oficial a cargo del expediente. Verá usted, una entrada casual sin mayores inconvenientes a la comisaría de su ciudad natal, podría bien transformarse en un robo a mano armada con penas de hasta 15 años de prisión. Analice detenidamente la opción de arrepentirse y retractarse de lo manifestado, y quién dice?..todo vuelve al estado anterior y continúa su vida lejos del Servicio Penitenciario Federal. Reflexione Cuenca, hay tiempo..tiene 24 horas. Tic-Tac

Bai bai, Mister Fernández.

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